El líquido refrigerante es esencial para el motor del coche. De hecho, no solo se encarga de refrigerar el motor sino que también lo protege de la corrosión, evita la aparición de formaciones calcáreas, lubrica la bomba de agua, etc. Además, tiene una propiedad muy importante para algunos territorios en invierno. Con el termómetro por debajo de cero, él refrigerante no tiene que congelarse, si no, generaría graves problemas para el motor.
Para asegurarse de que el líquido refrigerante cumple sus funciones, es fundamental cambiarlo cada cierto tiempo. Hay que revisar la recomendación del fabricante, pero generalmente se cambia cada 40.000 o 60.000 kilómetros, o al cabo de dos años. También debes verificar que el nivel no baje demasiado, si se produce una pérdida de líquido refrigerante, debes acudir inmediatamente al taller o el motor pagará las consecuencias.
La causa más común es el mecanismo limitador de presión de la tapa ya que cuando este falla, el líquido se evapora. Afortunadamente, se trata de un problema fácil de resolver ya que bastará con colocar una tapa nueva.
Las fugas por una manguera también son usuales, aunque cuando se trata de una fuga pequeña, es difícil encontrarla ya que se produce con el sistema caliente y la temperatura del motor evapora el líquido. En otros casos la pérdida de líquido refrigerante son internas del motor. Pueden ser por las cámaras de combustión, por la junta de culata, bomba de agua, o por los enfriadores agua-aceite. En estos casos, es habitual que salga un humo blanco por el escape.
Si el coche se queda sin líquido refrigerante o el nivel baja demasiado, el motor no tardará en sufrir graves consecuencias. La principal función de este líquido refrigerante es la de absorber el calor del motor disipándolo en el radiador, y así, evitar que se produzca un sobrecalentamiento.
Por tanto, cuando el motor continúa en marcha sin que llegue la cantidad suficiente de líquido refrigerante, puede terminar quemando la junta de culata, e incluso gripando dicho motor.
Por eso es fundamental que te mantengas al tanto de una posible pérdida en el sistema. Verifica con regularidad el nivel del líquido refrigerante y, si notas que baja con rapidez o has tenido que completarlo en muy poco tiempo, es señal de que existe una pérdida de líquido refrigerante y necesitas llevar el coche al taller.
Recuerda que la medición se debe realizar con el motor frío ya que si lo mides con el motor caliente, el nivel no será real, e incluso podría salirse, produciéndote quemaduras.
La sustitución del líquido refrigerante siempre ha de hacerla un profesional. No solo supone vaciar y llenar el depósito de expansión, es fundamental hacer un buen vaciado de todo el sistema, y un purgado de calidad, ya que no puede quedar ninguna burbuja de aire, si no, podría suponer graves consecuencias para el motor.
Cambiar y purgar el líquido refrigerante es esencial. En Euromaster no solo te brindamos la posibilidad de comprar líquido refrigerante para tu coche sino que ponemos a tu disposición un servicio de mecánica rápida, en caso de que tengas una pérdida de anticongelante.
Además, tenemos una oferta muy conveniente que incluye la sustitución, el llenado y purgado con líquido refrigerante nuevo, respetando las indicaciones del fabricante.
De hecho, considera que aunque no se produzcan fugas, con el paso del tiempo el líquido refrigerante se deteriora y va perdiendo sus propiedades, por lo que puede provocar un calentamiento excesivo del motor y causar una avería grave. Por tanto, es mejor no arriesgarse.