La labor de los neumáticos es especialmente importante de cara a la obtención de un rendimiento eficiente en la labor productiva de los vehículos agrícolas. El neumático no sólo garantiza el desplazamiento de este tipo de vehículos, además es un elemento especialmente importante para permitir un correcto agarre, sea cual sea el tipo de terreno. Pero para ello, un factor clave es el de la presión de las ruedas.
En el caso de los vehículos agrícolas de grandes ruedas, lo más aconsejable es siempre optar por la menor presión posible, siempre y cuando no llegue a afectar a su estabilidad o correcto desplazamiento. La explicación se encuentra simplemente en que al llevar menos presión en la rueda, reducimos la presión transmitida a los distintos tipos de suelo y por lo tanto, generamos un menor nivel de profundidad en la rodada.
Si a esto, le unimos una tracción constante, manteniendo una velocidad regular y más o menos estable durante el ejercicio de la labor productiva, conseguiremos una mejor tracción, disminuyendo el deslizamiento de las ruedas sobre el terreno.
Aunque todo esto, dependerá siempre del tipo de terreno sobre el que se vaya a circular. Si en lugar de sobre tierra o arena fina, se va a circular en gran medida por asfalto, el nivel de presión deberá bajar del más bajo posible al más alto. En este caso, unas ruedas con la presión alta, suponen una mayor capacidad de carga, además de reducir la resistencia a la rodada sobre la carretera, lo cual se traduce en una reducción notable del consumo de combustible. Quizás te parezca un condicionante sin importancia, pero el nivel de presión de los neumáticos del tractor puede llegar a aumentar o reducir el consumo de combustible del vehículo hasta en un 15%.
Por eso es importante intentar dar con el nivel de presión adecuado, buscando un equilibrio en relación al tipo de terreno sobre el que se vaya a rodar principalmente.
Al igual que ocurre en el resto de automóviles, los neumáticos para tractor también incorporan una serie de códigos que definen características como sus dimensiones, su índice de velocidad máxima o su índice de carga.
Normalmente, el dato más visible en los flancos del neumático son los valores referentes a sus dimensiones (ejemplo: 165/70), la primera cifra corresponde al ancho del neumático inflado y es expresado en milímetros. El segundo, detrás de la barra, es el porcentaje que marca la relación entre la anchura y la altura del neumático.
Posteriormente, encontrarás una letra referente a su tipo de construcción y que varía hasta en tres posibilidades diferentes:
- D: Diagonal.
- R: Radial.
- B: Cintas opuestas.
Tras la letra, el último número nos indica el diámetro de la llanta. (Ejemplo: R 13).
Al lado de estos valores, podrás ver también otro número junto a una letra, que nos indica el índice de velocidad y el índice de carga del neumático. (Ejemplo: 83 R).
La cifra hace referencia al número de kilos que puede llegar a soportar la rueda como máximo. Lo expresa a través de un valor concreto que se corresponde con una cantidad de kilos determinada. Por ejemplo, si encuentras un 84, esto quiere decir que el neumático puede soportar eficientemente hasta 500 kilos de carga.
En el caso de la letra que aparece posteriormente, determina la velocidad máxima que la rueda es capaz de soportar durante un periodo continuado de 10 minutos aproximadamente. Al igual que ocurre con el índice de carga, existe una tabla de equivalencias en las que se establece a qué nivel de velocidad corresponde cada una de las letras utilizadas.