El sistema de iluminación de tu coche es una parte fundamental que garantiza la seguridad de la conducción. El hecho de ser capaz de ver por la noche sin que tu vista se canse o que los demás conductores te vean incluso en condiciones meteorológicas adversas, es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta.
Por eso, no está de más saber qué bombillas lleva tu coche: conocer qué tipo de bombilla necesitas reponer cuando se funda alguna o incluso mejorar la iluminación sustituyendo las luces actuales por unas más eficientes y que iluminen más.
Para garantizar una buena experiencia al volante y que además sea totalmente segura, tenemos que tener en cuenta que existen dos tipos de luces.
Las luces que avisan al resto de conductores de la posición y movimientos de tu coche. Dentro de este grupo se encuentran las que son básicas para la seguridad porque alertan al resto de usuarios de las maniobras que el conductor realiza.
Tu vehículo lleva otras bombillas que aún no hemos mencionado, como las de iluminación en el interior (las de pasajero) o las del salpicadero y maletero.
Sin duda alguna, donde surgen más dudas a la hora de elegir una bombilla es en las luces que van en los faros delanteros del coche. Por eso vamos a profundizar en cómo elegir esas bombillas.
Desde hace algún tiempo ya no es obligatorio llevar luces de repuesto en el coche. Sin embargo, si circulas con una bombilla fundida, como mínimo te vas a llevar 200 € de multa.
Así que, mejor saber qué tipo de bombilla elegir antes de que la necesidad surja, ¿no te parece?
La elección del tipo de bombilla dependerá de lo que recomiende el fabricante del coche. Salvo que decidas cambiarlas y ponerlas de xenón, en cuyo caso vas a necesitar homologarlo.
Este tipo de bombillas son las que tienen la tecnología más antigua de las tres. Es una bombilla con uno o dos filamentos que generan una luz cálida.
Son las más económicas, fáciles de reponer y con una amplia gama de potencias.
Sin embargo, comparadas con las otras dos, no iluminan tanto, consumen bastante y duran menos.
Estas bombillas utilizan el gas para proporcionar una luz “azul”, que ayuda a ver mejor que la cálida. También cansa menos la vista.
La durabilidad es mayor, son más eficientes, tienen un mayor alcance y además duran más que las halógenas.
Pero no todo son ventajas. Algunos de sus inconvenientes es que son más caras, su instalación es más compleja y no son compatibles con todos los faros de coche. Otra característica es que tardan más en encender: el gas xenón requiere de unos segundos hasta que los faros emiten la máxima luminosidad.
Una alternativa a las luces del coche son las LED. Una tecnología que ha evolucionado mucho desde que salieron las primeras. De hecho, algunos modelos iluminan igual de bien que las de xenón.
Sus puntos fuertes es el bajísimo consumo y alta eficiencia, que se instalan fácilmente y que duran mucho más que las halógenas.
Por contra, aquí juega un papel importante que elijas bombillas de calidad para tu coche. La calidad del chip no siempre es excelente. Y tienes que escoger un modelo que alumbre correctamente (luz con un haz directivo) y con un buen disipador del calor.
Elijas la que elijas, lo recomendable es que cambies ambas luces a la vez. Ten en cuenta que aunque sean de gran calidad, con el tiempo, el uso y las altas temperaturas que soportan se van degradando.