El paso del tiempo, las condiciones climatológicas, el lugar donde se aparca o golpes y arañazos pueden ser los desencadenantes de que uno se llegue a plantear que debe renovar el aspecto de la motocicleta. Y una vez que esto pasa, lo siguiente es preguntarse cuánto cuesta pintar una moto.
A esa pregunta la respuesta será siempre un depende. Porque varía según el tamaño, el modelo, cómo esté, el tipo de pintura y la cantidad de trabajo que dé el pintado. Porque pintar una moto no es solo darle una capa por encima en casa, es mejor acudir a un centro especializado para que hagan un buen trabajo.
Estos son los pasos que hay que dar a la hora de realizar este trabajo, que también servirán para poder valorar el precio que den en el presupuesto, y para saber si es algo que puede hacer uno mismo.
Para poder pintar hay que desmontarla pieza por pieza, y esto ya lleva de por sí un riesgo porque hay que volver a montarla correctamente. Las piezas hay que guardarlas bien porque si se pierde alguna se puede tener problemas a la hora de volver a montarla.
Las más sencillas de desmontar son aquellas que no tienen sistemas electrónicos y las que no tienen ni caja de cambios ni embrague. Pero hay que tener en cuenta que cada una tiene su nivel de dificultad.
También hay que recordar que existen piezas que se pintan por separado porque la pintura podría estropearlas, como por ejemplo el tanque de gasolina.
Así que en este caso, cuanto mayor sea la complicación a la hora de desmontar y montar las piezas de la moto, más elevado será el presupuesto que te den en el taller de pintura.
Este paso es esencial para que la pintura agarre bien y porque no se debe pintar encima de zonas con suciedad: el acabado no queda profesional.
Las piezas no deben tener ningún resto de grasa, por lo que habrá que prestar especial atención a la zona del carenado y a los posibles defectos que pueda tener.
Tampoco deberá tener ni pegatinas ni restos de ellas, porque al pintar se quedará esa parte marcada.
Junto con la limpieza es otro de los pasos esenciales del proceso de limpiado. El lijado permitirá quitar todas las imperfecciones que pueda tener la chapa de la moto, porque en la primera capa de pintura que se dé será cuando salgan todas a la luz.
En este paso, si es necesario, también se puede aplicar masilla para rellenar imperfecciones y dejar así un acabado casi perfecto. Esta masilla también habrá que lijarla para que no se note.
Si la superficie a lijar es mayor, porque hay más desperfectos, también aumentará el precio final de la pintura de la moto.
Solo cuando está en perfectas condiciones para que luego luzca la pintura, se comienza a pintar la moto. Pero ni siquiera esta parte del proceso es igual en todos los casos, porque se puede elegir tres tipos de modalidades de pintura, que se diferencian entre sí por la cantidad de capas que se le dan a la moto.
Esta es la más barata y simple de todas. Solo se aplica una capa de producto, ninguno más, por lo que el acabado es más simple y la chapa está menos protegida. No se le aplica el barniz protector, por lo que tiene una menor resistencia al paso del tiempo y al desgaste.
Como su propio nombre indica, es el pintado que se realiza en dos capas. ¿Y esto qué quiere decir? Pues que primero se aplica el color y luego la capa de barniz con el acabado elegido que le proporciona la resistencia al paso del tiempo. En esta opción se puede escoger más variedad de colores (sólidos, metalizados…).
Es la opción más costosa de las tres, en tiempo y dinero, pero es la que piden muchos conductores para hacer resaltar su moto por encima de las demás. Suelen ser pinturas con reflejos especiales que crean efectos de profundidad o degradados. En realidad tienen la misma resistencia que el bicapa, pero con unos diseños mucho más llamativos.
Tras darle las capas de pintura y barnizado, en el caso de que así se elija, hay que proceder al montaje de la moto. Si esta es compleja, habrá que utilizar más horas para devolverla a su formato inicial, lo que encarece la factura.
Después de explicar todos los pasos que hay que hacer a la hora de pintar una moto es cuando se ve que es complicado dar un precio. Dependerá de muchos factores, como dijimos al inicio, pero tras ver todo lo que hay que hacer seguro que es más sencillo valorar los distintos presupuestos.
Los precios pueden variar desde los 300 euros hasta algo más de 1.500 euros. Hay que tener en cuenta que el propio proceso de pintado de la moto es el que menos tiempo lleva, pero la preparación es mucho más laboriosa.
La pintura y el barniz de menor calidad puede hacer que dure menos y que tengas que renovarla antes, por lo que lo barato puede no serlo tanto con el tiempo.
También puede uno mismo hacer todo esto, pero recomendamos que quien lo haga esté muy seguro de poder hacerlo todo bien: desmontaje, limpieza, lijado, pintura, barniz y montaje de nuevo.