Desde el día 1 de noviembre de 2014, el ESP, el Programa Electrónico de Estabilidad, es obligatorio en los países miembros de la Unión Europea. Debido a esta medida, tanto los turismos nuevos como los vehículos comerciales ligeros con un peso bruto de hasta 3,5 toneladas, deberán ir equipados con este elemento de seguridad activa. Para el resto, la normativa entrará en vigor un año más tarde.
El ESP es la evolución del ABS. Este último, cuyo acrónimo viene de 'Antiblockiersystem' (Sistema Antibloqueo de Frenada en alemán), es un invento del fabricante germano Bosch, que fue presentado en 1978. El ABS, que constituye la base de todos los sistemas activos de seguridad que han sido desarrollados a posteriori, consigue que las ruedas no se bloqueen ante una frenada fuerte, reduciendo así la distancia de frenado y ofreciendo un mayor domino en la dirección.
El ABS siguió evolucionando, y en 1986 fue presentado el Sistema de Control de Tracción (TCS). Pero fue en 1995 el año en que se mostró el Programa Electrónico de Estabilidad (ESP); desde entonces, y según un estudio realizado por Bosch, ha evitado unos 190.000 accidentes y salvado más de 6.000 vidas en Europa. Asimismo, en 2011, año en que solo el 40% del parque móvil equipaba ESP, dicho sistema de seguridad evitó más de 33.000 accidentes y salvó la vida a más de 1.000 personas en los 25 países, por aquel entonces, de la Unión Europea.
El Programa Electrónico de Estabilidad, considerado el segundo sistema de seguridad más importante en el vehículo tras el cinturón, usa sensores inteligentes para comparar 25 veces por segundo si la trazada del coche coincide con la deseada por el conductor a través del volante. Si no es así, lo detecta e interviene en el par y los frenos para generar la fuerza contraria necesaria para mantener al vehículo en la dirección correcta.