Mantener los neumáticos de tu vehículo en óptimas condiciones es una cuestión de eficiencia y de seguridad. De hecho, hoy en día uno de los elementos del coche que más problemas causan son los neumáticos, con un 30% de incidencias relacionadas directamente con ellos.
Este dato subraya la importancia de asegurarte de que tus neumáticos siempre tengan la presión adecuada. Pero, ¿cómo saber cuál es la presión correcta y cómo medirla correctamente? A continuación, te damos todas las claves.
Un neumático mal inflado pone en riesgo la estabilidad del vehículo, aumenta la distancia de frenado y reduce el agarre en superficies mojadas o resbaladizas. Además, una presión incorrecta afecta directamente al bolsillo: por un mayor desgaste de los neumáticos y aumento del consumo de combustible.
Los neumáticos con presión baja generan más resistencia al rodar, lo que significa que el motor necesita trabajar más para mover el vehículo, aumentando el consumo de combustible, además de acortar la vida útil del neumático produciendo un desgaste prematuro por los dos extremos de este. Por otro lado, un neumático con exceso de presión reduce la superficie de contacto con el suelo, lo que puede llevar a un desgaste prematuro y desigual del neumático y un peor agarre llegando a producir un desgaste prematuro en el centro de este.
La presión correcta de los neumáticos varía según el tipo de vehículo y las especificaciones del fabricante. Generalmente, la presión adecuada se encuentra entre los 2 y 2,6 bares. Sin embargo, es fundamental que verifiques cuál es la presión específica recomendada para tu coche.
Puedes encontrar esta información en varios lugares del vehículo. La mayoría de los coches tienen un adhesivo con las recomendaciones de presión que se puede encontrar en el larguero, en el umbral de la puerta e, incluso, en el depósito del combustible o en el portón trasero. Además, siempre vendrá indicado en el manual de usuario.
Este adhesivo llevan indicada la presión recomendada tanto para la conducción normal como para cuando el vehículo está cargado.
Si no lo localizas, consúltalo directamente en el manual del fabricante de tu coche.
Medir la presión de los neumáticos es una tarea sencilla, pero requiere seguir algunos pasos y consideraciones para garantizar que se haga de manera adecuada y precisa. Aquí te dejamos algunas recomendaciones:
Aunque es una comprobación a priori sencilla, es fácil cometer algunos errores que pueden comprometer tu seguridad al volante. Algunos de los errores más comunes incluyen:
Cuando los neumáticos tienen demasiada presión, la banda de rodadura no se apoya uniformemente en la carretera, lo que reduce la tracción y aumenta el desgaste en el centro del neumático. Esto puede llevar a una menor vida útil del neumático y a un mayor riesgo de pinchazos.
Por otro lado, un neumático con menos presión de la recomendada tiene una mayor resistencia al rodaje, lo que aumenta el consumo de combustible y provoca un desgaste prematuro en los bordes del neumático. También aumenta el riesgo de sobrecalentamiento, lo que podría causar un reventón en carretera.
Las consecuencias son una gran inseguridad al volante:
Saber cuánto aire llevan los neumáticos de tu coche es importante, y comprobarlo con regularidad también, para garantizar la seguridad, la eficiencia y la durabilidad. No obstante, lo recomendable es dejar que un profesional revise su estado, ya que puede detectar otros síntomas que a simple vista se te escapen.
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